Notamos desde algunos años la aparición de vinos más afrutados, que quieren destacar la frescura y la mineralidad.
¿De dónde viene esta tendencia y como evolucionará en el futuro? Proponemos algunos temas de reflexión.
Tendencias de consumo orientadas en esta dirección
El consumidor cambia. Según un artículo publicado por el Château Grand Français, 35% de los consumidores son mujeres y el rango de edad de los 18-35 años se pone a consumir vino, y a estos nuevos aficionados les gustan aromas afrutados.
Los profesionales del sector del vino procedente de la generación Y confirman esta idea: más finura es buscada, con vinos que "son más suaves, con menos notas de madera y culturismo que ayer". Vinos originales, elección donde la denominación de origen no importa... las jóvenes generaciones quieren disfrutar comprando un vino y la etiqueta o la origen son menos importantes que antes.
Un sabor que puede ser relacionado al respeto al medio ambiante
Ahora, el ecólogico se desarolla. El volumen de negocio del sector del vino sostenible aumenta de 13% y confirma una demanda creciente. Las predicciones de las nuevas tendancias a los EEUU también van en esta dirección y el periódico Le Soir habla de 2016 con vinos "más naturales, más espontáneos".
Solo es una suposición, pero en la cabeza del consumidor que quiere alimentarse sanamente, es posible que la mención ecológica sea sinónimo de un gusto más afrutado, que corresponda a la idea que no tenemos un bueno vino sin buenas uvas.
Ecológico o no, la voluntad de crear vinos afrutados se encuentra en las bodegas donde la crianza no siempre se hace en barricas de roble. Vasijas en Pontet Canet, tanques de hormigón en Bel Air Marquis d'Aligre, barricas de acero inoxidable en Maison Chapoutier... Preservar los aromas del fruto por al menos una parte de la producción permite enriquecer su paleta aromática.
Los desafíos futuros
Los esfuerzos hechos para preservar aromas y frescura serán más complicados con el calentamiento global.
Vitisphère hablaba de esto un un artículo hace poco tiempo. El contenido de glutatión es menor en caso de año con temperaturas elevadas. Reduce la acidez y la capacidad antioxidante, lo que es preocupante para los vinos blancos, más sensibles.
En el futuro estos vinos se arriesgan a la exposición al oxígeno y tendremos que tomar más precauciones durante la crianza. Un futuro poco alegre cuando intentamos de reducir la utilisación de azufre. Actualmente son tendencias, pero ya sabemos que un aumento de las temperaturas no será sin consecuencias.
El dominio del aporte de oxígeno será aun más importante en el futuro. Es, entre otros temas, porque diseñamos nuestra barrica de acero inoxidable.